Cuando él se giró me asustó su gesto de furia. Me tragué la vergüenza(y las ganas de su sangre)y le abracé. Él vaciló y me abrazó también.
-¿Qué pasó con Gerard?-le pregunté ansiosa.
Desvió la mirada e hizo un giro con las pupilas. Me volvió a mirar dispuesto.
-Verás-dijo algo molesto- Holly y yo éramos la pareja perfecta, llevábamos nueve juntos y no tuvimos ni una sola pelea, ¿la razón? No hubo sexo. Yo quería esperar porque pensaba que de esa manera nosotros duraríamos más o algo así.
>Al noveno mes, le presente a Gerard. Ellos dos se cayeron bastante bien, eso me beneficiaba mucho, si Holly me ocultaba algo y se lo contaba a Gerard, este me lo contaba a mi. Entonces, empezaron a surgir los celos y las peleas... Gerard me contó que Holly se le estaba insinuando y aveces tonteaba con él. Gerard decía que estaba asustado porque, obviamente, era mi novia y él tampoco parecía estar enamorado de ella ni le gustaba ni nada, o sea, que no le agradaba nada el hecho de que ella se restregase en la intimidad.
>Me enfurecí mucho, no con Gerard, sino con Holly, así que Gerard y yo pensamos en un plan. Él iba a invitar a su casa a Holly y este intentaría persuadirla para... ya sabes. Se supone que si ella decía que sí, él iba a hacer como si le llamaran por el móvil y...¡Oh! ¡Sorpresa! Tiene una urgencia y debe irse corriendo. Por otro lado, si ella le decía que no (que era lo que esperaba que sucediera) él iba a decir que era broma o algo así.
>Aquella tarde, Gerard no aparecía, tardaba mucho. Empecé a preocuparme por la respuesta de Holly. La quería y necesitaba estar con ella. Al rato apareció Gerard. Él vaciló antes de decirme lo que ocurrió. Gerard se echó a llorar. Me asusté tanto que le grité y todo. Entonces, él dijo algo que cambiaría por completo mi parecer-Ella...no me dejaba escapar, fui violado en mi propia casa, por una chica...
Me quedé de piedra por lo que dijo,-¡pero qué zorra!-pensé yo.
-Le dije a Gerard que no pasaba nada y planeé el plan de ruptura. Esperé al día de nuestro aniversario de un año. Le dije que viniese a hablar antes de nada, y le dije -tenemos que romper. Su cara cambió completamente y se echó a llorar preguntando repetitivamente -¿por qué?¿Por qué?-A lo que le respondí-Porque eres una PUTA.
Sonreí cuando Josh dijo eso.
-Bien hecho-le felicité yo- entonces, ella te estaba pidiendo salir, ¿no?
-Algo así-dijo él.
-Pues que se joda por zorra-dije yo picada.
-Eres la leche-dijo él mientras nos íbamos con los demás.
-.-.-.-.-.-.-.-.-
El instituto empezó de nuevo. Ya que Josh y yo íbamos al mismo instituto, se ofreció para llevarme en su moto. Pasaron dos meses desde que vi al lobo por última vez. Es como si él ya no quisiera verme...
Mi relación con Josh era neutra. Ni fu ni fa, tonteábamos pero no éramos novios, cosas de ese tipo. Aquella tarde de viernes me acababa de duchar y fui al cuarto a ponerme algo de ropa. Esa vez decidí secarme el pelo antes de vestirme, me dio por ahí. Entonces, me di cuenta de algo muy importante.
-No puede ser-dije asustada-no tengo bragas.
En efecto, había coincidido que todas mis braguitas estaban en la lavadora, ahora no sabía que ponerme. Fui al baño a preguntarle a Josh el qué hacer, ya lo se, estoy malita.
-Josh-dije mientras tocaba a la puerta.
-Dime-dijo abriendo la puerta.
Me sorprendió mucho que él abriese de golpe. Yo sólo llevaba una toalla puesta, él también. Me ruboricé tanto que me sorprendió no haberme desmallado.
-Tengo un problemilla...-dije buscando las palabras adecuadas, al decir verdad, no se para que le llame.
-Dime-repitió él.
-Pues, que no me quedan braguitas, están todas en la lavadora-dije bajando la mirada, pero al hacer eso podía ver la toalla que tapaba su masculinidad. Miré hacia otro lado.
Soltó una carcajada y fue al cuarto.
-Ven-soltó él.
Le seguí hasta la cómoda. Sacó dos boxers, eran estrechitos. Me dio uno de ellos.
-Póntelos, están limpios, aunque seguro que te quedan grandes, tienen que soportar mucha presión, ¿sabes?
Me quedé en plan (·//////·).
-No hace falta que entres en detalles, muchas gracias-dije yo cogiendo los boxers.
Josh se giró, dándome la espalda y se quitó la toalla. Le vi el culito.
-Vístete tu también, no miraré-me dijo él.
Me fui a la otra esquina del cuarto e hice lo que me dijo. Aveces miraba de reojo para comprobar dos cosas: si estaba espiando y si podía verle algo(jejeje).
Nos vestimos rápido. Los boxers eran cómodos, era verdad, me quedaban grandes por delante, pero sentía el trasero muy apretadito.
-Cómodos, ¿verdad?-dijo él.
-Pues sí-dije sonriendo-soy patética, lo se.
-Yo creo que más bien eres patosa-dijo él.
Le golpeé suavemente en el hombro. Él me acarició la cabeza como a un perro, qué desconsiderado, ¿no?
El instituto empezó de nuevo. Ya que Josh y yo íbamos al mismo instituto, se ofreció para llevarme en su moto. Pasaron dos meses desde que vi al lobo por última vez. Es como si él ya no quisiera verme...
Mi relación con Josh era neutra. Ni fu ni fa, tonteábamos pero no éramos novios, cosas de ese tipo. Aquella tarde de viernes me acababa de duchar y fui al cuarto a ponerme algo de ropa. Esa vez decidí secarme el pelo antes de vestirme, me dio por ahí. Entonces, me di cuenta de algo muy importante.
-No puede ser-dije asustada-no tengo bragas.
En efecto, había coincidido que todas mis braguitas estaban en la lavadora, ahora no sabía que ponerme. Fui al baño a preguntarle a Josh el qué hacer, ya lo se, estoy malita.
-Josh-dije mientras tocaba a la puerta.
-Dime-dijo abriendo la puerta.
Me sorprendió mucho que él abriese de golpe. Yo sólo llevaba una toalla puesta, él también. Me ruboricé tanto que me sorprendió no haberme desmallado.
-Tengo un problemilla...-dije buscando las palabras adecuadas, al decir verdad, no se para que le llame.
-Dime-repitió él.
-Pues, que no me quedan braguitas, están todas en la lavadora-dije bajando la mirada, pero al hacer eso podía ver la toalla que tapaba su masculinidad. Miré hacia otro lado.
Soltó una carcajada y fue al cuarto.
-Ven-soltó él.
Le seguí hasta la cómoda. Sacó dos boxers, eran estrechitos. Me dio uno de ellos.
-Póntelos, están limpios, aunque seguro que te quedan grandes, tienen que soportar mucha presión, ¿sabes?
Me quedé en plan (·//////·).
-No hace falta que entres en detalles, muchas gracias-dije yo cogiendo los boxers.
Josh se giró, dándome la espalda y se quitó la toalla. Le vi el culito.
-Vístete tu también, no miraré-me dijo él.
Me fui a la otra esquina del cuarto e hice lo que me dijo. Aveces miraba de reojo para comprobar dos cosas: si estaba espiando y si podía verle algo(jejeje).
Nos vestimos rápido. Los boxers eran cómodos, era verdad, me quedaban grandes por delante, pero sentía el trasero muy apretadito.
-Cómodos, ¿verdad?-dijo él.
-Pues sí-dije sonriendo-soy patética, lo se.
-Yo creo que más bien eres patosa-dijo él.
Le golpeé suavemente en el hombro. Él me acarició la cabeza como a un perro, qué desconsiderado, ¿no?